- La aplicación de los principios del comportamiento
El análisis de la conducta clínica ha intentado ser tan consistente con la tradición operante cómo es posible. Por tanto, es importante destacar y tener en cuenta algunos principios y supuestos que son comunes tanto para los analistas de conducta como a los analistas de conducta clínica, y que a continuación se desarrollamos La unidad de análisis distintiva del análisis clínico del comportamiento es el enfoque del acto en el contexto. En otras palabras, el análisis clínico de la conducta asume que una conducta no puede entenderse completamente a menos que se comprendan las condiciones bajo las cuales ocurre la conducta (los estímulos discriminativos, SD), la respuesta conductual en sí misma (R) y las contingencias de reforzamiento (SR) que afectan la tasa del comportamiento. Esta es la contingencia tradicional de tres términos, que puede complementarse con la introducción de Michael (1993) de las operaciones de establecimiento (EO) que cambian las propiedades reforzantes del reforzador.
El punto principal es que el comportamiento solo puede entenderse en el contexto de las condiciones que lo proceden y lo siguen. Lo cual significa que, cuando la conducta afecta el medio ambiente de tal manera que sus consecuencias se refuerzan, estamos hablando de una conducta “operante”. Por tanto, el análisis clínico del comportamiento, reconoce que el contexto es fundamental para comprender la propia conducta.
- Identificación de objetivos. Por lo general, los consultantes se presentan a terapia cuando experimentan angustia o algo interfiere con sus capacidades para desempeñar sus funciones elegidas (como la pareja, la familia, el trabajo, etc.). Estas preocupaciones iniciales que se presentan no se ignoran, sino que se entienden como objetivos próximos para el cambio. En relación con esto, el análisis del comportamiento clínico contemporáneo ha enfatizado cada vez más la identificación y construcción de repertorios conductuales dirigidos hacia las metas distales enfocadas en los valores del consultante. El análisis del comportamiento clínico enmarca los valores en términos de mejorar la calidad del entorno en el que todos funcionamos y por ende aspira a aplicar sus principios de la conducta al servicio de la mejora de la condición humana (cf. Biglan y Hinds, 2009; Bonow y Follette, 2009; Leigland, 2005; Plumb, Stewart, Dahl y Lundgren, 2009). Finalmente, la utilidad de centrar los objetivos distales en los valores del consultante, le permite ver más allá de la mejora de los síntomas angustiantes, así como generar criterios para evaluar sus propias elecciones de comportamiento al preguntarse: “¿Esto es coherente con mis valores?”.
- Análisis funcional. En el análisis funcional tradicional, el comportamiento de un individuo se considera dentro del contexto del entorno y su historia actual. El primer paso es la recopilación de los datos sobre las posibles relaciones funcionales mediante la entrevista y observación, para después formar hipótesis sobre las posibles variables de control y desarrollar planes de tratamiento posteriores para cambiar los comportamientos de interés para un cliente en particular. El último paso en el análisis inicial es manipular las variables hipotetizadas relevantes y evaluar si alteran el problema clínico. Por tanto, es importante mencionar que, la observación de cambios clínicamente significativos es el sello definitivo de un enfoque idiográfico del cambio de comportamiento.
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